Bosques Redentores

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BOSQUES REDENTORES

Hacia 1840, la industria azucarera cubana alcanza un gran auge con la aplicación de transformaciones técnicas. Todos los hacendados que poseían recursos financieros suficientes comenzaron a construir “ingenios modernos”, viendo en ello, una manera de reducir costos y número de esclavos empleados en la industria. Pero hubo que ampliar las zonas de cultivo para satisfacer la mayor capacidad de producción del ingenio, por lo que los esclavos fueron a parar a las plantaciones, o sea, la esclavitud continua manifestándose como un obstáculo al crecimiento industrial.

Los bosques que reforzaban la costanera norte cienaguera fueron talados, para que en su espacio creciera la dulce gramínea – de esta manera se satisfacía a los nacientes ingenios, pero asestaba un gran impacto ecológico a la cuenca, los dominios de “Neptuno” y “Plutón” se expandieron considerablemente – proliferaron las plantaciones de caña y con ellas 43 ingenios en toda la zona limítrofe.

Para los trabajos agrícolas no se pensó en el obrero asalariado, los hacendados criollos siguieron aferrados a la esclavitud en tiempos en que por presiones de la “madre de la industrialización” (Inglaterra), se había decretado el cese de la trata negrera desde 1820.

Entonces las “repugnantes galeras” continuaron haciendo acto de presencia, portando seres – que arrancados de su madre África – los que no perecieron en ellas o fueron devorados por los escualos, pisaron nuestra cenagosa tierra descalzos y encadenados camino a la costanera norte donde los esperaba una muerte más lenta: La esclavitud.

Todavía se conservan nombres que perpetúan y dan fe de aquel horrendo e ilegal tráfico de esclavos: Playa La Máquina (punto de desembarco); Loma Los Negros(norte de Soplillar); Cayo Campamento de los Negros(sur del Carmelo), en este, se vendían a los infelices y desgraciados humanos como bestias, conformando las dotaciones de los muchos ingenios de aquella época.

¡De la misma manera que hubo esclavitud, también existió rebeldía esclava! Los cimarrones – negros indomables – prefirieron soportar los rigores de la gran Ciénaga que mantenerse sumisos ante el “látigo de azúcar” que lentamente los devoraba.

Los cayos interiores y en ocasiones la zona Cársica cienaguera, acogieron gustosos a los rebeldes. Liderados estos por negros de descendencia regia, como: Caoba, Sabicú y Miguel Vientos, quienes conformaron palenques5en los Cayos Toro, Verde, De los Negros y también en Júcaro Quemado (Cayo Ramona) y Cueva del Cabildo(Bartolina).

Esos fueron los más trascendentes, puesto que existen “infinidad” de cayos interiores con el nombre Los Negros por toda la gran Ciénaga, indicativo de la prolongada presencia de estos hasta el cese de la inhumana esclavitud en 1886.

Los Cimarrones al igual que los aborígenes contribuyeron al habilitamiento y establecimiento de futuros asentamientos poblacionales en el territorio. Puesto que ambos – salvando costumbres y grados de desarrollo – construyeron viviendas, localizaron vitales aguadas, crearon conucos y los primeros domesticaron ganado salvaje al acondicionar potreros en los lugares de apalencamiento.

En tiempos en que la Cubana se forjó en la manigua, Cimarrones y Mambises se fundieron para luchar por objetivos comunes: independencia y cese de la esclavitud.

La ciénaga constituyó un gran hogar; con la experiencia acumulada por los rebeldes negros, fueron los mambises asentándose en los mismos lugares y crearon otros en correspondencia con las circunstancias y estrategias de la guerra.

Generalmente la historiografía al abordar los procesos redentores del siglo XIX, le ha asignado un marcado papel de retaguardia o refugio natural – asistiéndole en esencia la razón – solo un miope no aceptaría que ella cuidó como nadie de los valientes cubanos, que exaltando valor y patriotismo convirtieron sus bosques en segura morada. Pero resulta que en contadas ocasiones se hace referencia al protagonismo cienaguero, cumpliendo con Céspedes6 y Martí7.

Tal parece que litoral, cayos interiores e irregular campanario con sus estrechos senderos, persistieran en resguardar nombres y acciones de los patricios de esta tierra, quienes esparciendo en muchos casos su valiosa sangre por el elemento vital del gran humedal, aferraron como raíz de mangle la antiquísima tradición patriótica del nativo.

 Basta leer con detenimiento la justiciera escritura del precursor de los historiadores de la ciénaga de zapata, para convertirse en un incondicional partidario de la anterior afirmación:

... “La guerra grande y más intensamente la última de independencia, ejerció cierto benéfico influjo sobre ellos y un halito de civilización aunque pequeño, invadió esas tierras de Zapata, influenciando a sus habitantes que a pesar de su atraso e ignorancia, proporcionaron héroes a la causa de la libertad de nuestra tierra, rindiendo el tributo de sangre en las dos epopeyas libertadoras”...

Fueron ejemplos de senderos patrióticos:

No solo  llenaron de gloria los bosques estos “bravos cubanos”, sino que posibilitaron que la educación del gran humedal naciera patriótica, puesto que sus primeros maestros formaron parte del Ejército Libertador:

 

PEDRO PIÑAN DE VILLEGAS ................... Teniente Coronel . Desempeñándose en el  

                                                                             Cuartel general del 5to cuerpo durante la        

                                                                             Guerra de 1895. Impartió clases (1905) en                                                                 

                                                                             Playa “La Gallina”. 

 

COLETO CASTRO SIERRA      ................... Soldado del Regimiento de Infantería “Gómez”

                                                                             4to cuerpo. Se le considera el “Quijote’’ de la

                                                                             educación cenaguera, puesto que desde 1920,su

                                                                             anciana figura queda tallada  en el montuno;

                                                                             recuerdan abuelos de hoy - niños analfabetos de

                                                                             ayer – el recio carácter del maestro ¡ Quien pere

                                                                             grinaba por los bosques con 70 años encima ex -

                                                                             parciendo instrucción con su patriótica lanza del 

                                                                             saber! Cayo Ramona, La Gallina, El Ébano, Mo 

                                                                             lina, San Lázaro, reclaman el reconocimiento

                                                                             póstumo al maestro.

 

¡Hasta los bandoleros purificaron sus almas  al entrar en contactos con los bosques cenagueros! No existe mejor ejemplo que el de José Álvarez Arteaga (Matagas), quien evolucionó hasta patriota luego de ser el hombre que más tiempo estuvo fuera de la ley en Cuba. Matagas al morir (3 de febrero de 1896) ostentaba los grados de Teniente Coronel del Ejercito Libertador.