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EL HECHO QUE NOS PROPORCIONÓ ESTATURA UNIVERSAL.

"La gesta de Girón" ha sido el acontecimiento histórico más estudiado y difundido de la Ciénaga de Zapata. Trascendió allende los bosques y patria, para constituirse en símbolo de victoria, valentía, patriotismo y optimismo de los pueblos del mundo. Cuando mencionan la palabra Girón en cualquier latitud, amarga, contraría y se le hace recordar a los prepotentes imperialistas yanquis. También exalta cuan vital es para un pueblo la unidad, identidad, historia y poseer líderes honestos comprometidos con su patria, que en este caso, fue determinante en la moral combativa del ejército miliciano que en 64 horas asestó la primera gran derrota del imperialismo yanqui en el hemisferio occidental.

La imagen legendaria del Tanque de la Victoria con el Comandante en Jefe encima - como jinete mambí - ha recorrido el mundo; por ello el escudo del gran humedal a perpetuado la sagrada imagen, portándola en la parte superior con sol naciente que ilumina el verde follaje y preserva el haz glorioso del Primero de Enero de 1959.

escudo                                                                           Escudo del Gran Humedal

Los abuelos cenagueros recuerdan como... "a las 2:30 a.m. del día 17 de abril del año 1961 comenzaron a desembarcar por el litoral de nuestra querida ciénaga, procedentes de Puerto Cabezas (Nicaragua), una brigada mercenaria constituida por 1428 hombres, reclutados armados, dirigidos y pagados por el gobierno imperialista de los Estados Unidos de Norte América. Conformaban aquella "celebre falange": latifundistas, casatenientes, criminales de guerra, exmilitares, comerciantes, industriales, fugitivos de la justicia revolucionaria, traidores y lumpen proletarios.

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TIEMPOS DE PIRATERÍA

De 1530 hasta 1830 la Ciénaga y sus cayos fueron un refugio seguro y sitio de avituallamiento de una numerosa falange de “lobos de mar”, sobresaliendo: Diego Pérez, Gilberto Girón, Cornelius Joels, Olonés, Legraude, Morgan y Grandmond.

Los dos primeros han sido inmortalizados por la toponimia del lugar:

Diego Pérez talló su nombre en el cayo marítimo que le sirvió de guarida, durante el lapso de tiempo que dirigió a los piratas en esta resguardada zona.

Girón cedió el apellido a una caleta devenida en playa, que trasciende no por él, sino gracias al patriotismo socialista del pueblo cubano patentizado aquí, en abril de 1961. También tuvo este osado pirata el privilegio – aunque en rol negativo – de ser perpetuado por la historia cultural del país, toda vez, que cuenta entre los principales protagonistas recogidos por la primera obra literaria cubana: Espejo de Paciencia.

La prolongada presencia de bergantines, veleros, pataches y bajeles con bandera negra y osamenta humana como símbolo, no solo enturbiaron las cálidas aguas del mar caribe que baña nuestro litoral, sino también influyeron notablemente en la primera actividad económica (ganadería) y folklore de la cuenca.

Son numerosas las anécdotas y leyendas que se han conservado a través de la historia oral hasta nuestros días, relacionadas con estos sanguinarios hombres: “barcos, luces, cadenas, fabulosos tesoros y derroteros piráticos, deambulan todavía por toda la gran ciénaga gracias a la imaginación y búsqueda incesante del nativo longevo”.

Muchos topónimos apuntan hacia aquellos “bandoleros de mar”: Los ya citados Diego Pérez y Girón; caletas Ávalo, El Ingles; Buenaventura, que tuvo en su fundador (Diego Ventura) a un cercano pariente de tales malhechores. 

Los Bucaneros (piratas en tierra), transfirieron costumbres y formas de preservar la sal para curar los cueros y tratar las carnes. Resulta que Los Lobatos fundadores del batey de San Lázaro) conservaron durante mucho tiempo tal maña bucanera, veamos:

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BOSQUES REDENTORES

Hacia 1840, la industria azucarera cubana alcanza un gran auge con la aplicación de transformaciones técnicas. Todos los hacendados que poseían recursos financieros suficientes comenzaron a construir “ingenios modernos”, viendo en ello, una manera de reducir costos y número de esclavos empleados en la industria. Pero hubo que ampliar las zonas de cultivo para satisfacer la mayor capacidad de producción del ingenio, por lo que los esclavos fueron a parar a las plantaciones, o sea, la esclavitud continua manifestándose como un obstáculo al crecimiento industrial.

Los bosques que reforzaban la costanera norte cienaguera fueron talados, para que en su espacio creciera la dulce gramínea – de esta manera se satisfacía a los nacientes ingenios, pero asestaba un gran impacto ecológico a la cuenca, los dominios de “Neptuno” y “Plutón” se expandieron considerablemente – proliferaron las plantaciones de caña y con ellas 43 ingenios en toda la zona limítrofe.

Para los trabajos agrícolas no se pensó en el obrero asalariado, los hacendados criollos siguieron aferrados a la esclavitud en tiempos en que por presiones de la “madre de la industrialización” (Inglaterra), se había decretado el cese de la trata negrera desde 1820.

Entonces las “repugnantes galeras” continuaron haciendo acto de presencia, portando seres – que arrancados de su madre África – los que no perecieron en ellas o fueron devorados por los escualos, pisaron nuestra cenagosa tierra descalzos y encadenados camino a la costanera norte donde los esperaba una muerte más lenta: La esclavitud.

Todavía se conservan nombres que perpetúan y dan fe de aquel horrendo e ilegal tráfico de esclavos: Playa La Máquina (punto de desembarco); Loma Los Negros(norte de Soplillar); Cayo Campamento de los Negros(sur del Carmelo), en este, se vendían a los infelices y desgraciados humanos como bestias, conformando las dotaciones de los muchos ingenios de aquella época.

¡De la misma manera que hubo esclavitud, también existió rebeldía esclava! Los cimarrones – negros indomables – prefirieron soportar los rigores de la gran Ciénaga que mantenerse sumisos ante el “látigo de azúcar” que lentamente los devoraba.

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GRAN: Ciénaga, Humedal, Cuenca, Área boscosa, Ecosistema, Reserva de la Biosfera, Asiento prehistórico, Derrota del Imperialismo Yanqui, Municipio ¡Cuantos sustantivos con un adjetivo común! Y todo para designar cuan inmensa es la Ciénaga de Zapata.

Como hija de la imaginación, desidia, abandono y aislamiento antes de 1959, fue creada una imagen desvirtuada de ella: escalofriantes asesinatos, pantanos o tembladeras empecinadas en extinguir la especie humana, ofidios y cocodrilos antropófagos e insectos vampiros implacables, convirtieron a la Ciénaga de Zapata en el África tenebrosa de Cuba.

A pesar de ello, la naturaleza se ha mantenido durante milenios bellísima y pródiga para sostener a sus hijos, constituyendo nuestro más preciado tesoro. No podemos olvidar que ella gestó, amamantó y aún sigue mimando a la historia ¡Todos los transcendentales acontecimientos o procesos sociales desarrollados aquí, han tenido la absoluta complicidad de bosques, litoral, campanario1, pantano y herbazal, que  como testigos silenciosos guardan celosamente grandes secretos!

La Ciénaga antes y después de tomar su apellido – cedido por el señor Francisco Zapata desde 1636 cuando solicitó la merced de tierra, que con nombre de Rancho de Juan Caballero, se ubica en la margen norte del bello río Hatiguanico – constituyó un seguro refugio, no solo para animales sino también para el hombre, que por disímiles causas busco su amparo: aborígenes, piratas, corsarios, bucaneros, cimarrones, mambises, bandoleros, prófugos e hispanos.

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